Dirigiéndome a… o Huyendo de…
¿Qué nos motiva a hacer lo que hacemos? ¿Qué nos impulsa a actuar de una forma u otra? ¿Qué nos mueve? Estas son algunas de las preguntas que quiero responder en este post, donde te invito a reflexionar sobre el concepto de “Dirigiéndome a… o Huyendo de…”.
Dirigiéndome a… es la acción de orientar nuestros pasos hacia un objetivo o una meta. Dirigiéndome a… implica tener una visión, una intención y un plan. Dirigiéndome a… nos permite avanzar con propósito, con ilusión y con determinación. Dirigiéndome a… es un acto de atracción y de creación.
Huyendo de… es la acción de alejar nuestros pasos de una situación o una circunstancia. Huyendo de… implica tener un miedo, una amenaza o un conflicto. Huyendo de… nos hace retroceder con temor, con ansiedad y con indecisión. Huyendo de… es un acto de rechazo y de evitación.
¿Cómo podemos saber si nos estamos dirigiendo a… o huyendo de…? Hay algunas claves que nos pueden ayudar:
– Dirigiéndome a… es proactivo y positivo, huyendo de… es reactivo y negativo.
– Dirigiéndome a… es consciente y voluntario, huyendo de… es inconsciente e involuntario.
– Dirigiéndome a… es específico y realista, huyendo de… es vago e irreal.
– Dirigiéndome a… es coherente y congruente, huyendo de… es contradictorio e inconsistente.
– Dirigiéndome a… es satisfactorio y gratificante, huyendo de… es insatisfactorio e insuficiente.
Con estas claves podremos vivir con más sentido y plenitud, y saber si nos estamos dirigiendo a… o huyendo de… en nuestras acciones. ¿Qué piensas tú? ¿A qué te diriges o de qué huyes?
Te invito a compartir tus reflexiones y tus comentarios. Gracias por leerme. Hasta la próxima.
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